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Encuesta de CPI coincide con otros sondeos, pero contrasta con los de los dos institutos de opinión universitarios

Esta semana, el contraste de entre algunas encuestas se puso sobre la mesa. El último sondeo del Instituto de Opinión de la Universidad Católica (IOP) reflejó un importante estirón en las preferencias por Lourdes Flores para la alcaldía de Lima (CARETAS 2124). La pepecista le sacó 13 puntos de ventaja a su más cercano competidor, Álex Kouri.

Pero la encuesta de CPI, aparecida apenas una semana más tarde, arroja un empate técnico con 31.5% para Flores y 30.4% para Kouri.

En realidad, la muestra de CPI está más cerca a la secuencia de otras encuestadoras.

El pasado martes 6 se realizó un encuentro entre el Consejo de la Prensa Peruana y la Asociación Peruana de Empresas de Investigación de Mercados (APEIM).

En el 2007, precisó Urpi Torrado, presidenta de APEIM, se inscribieron 140 empresas presuntamente encuestadoras en el Registro del JNE, pero 57 son las que han renovado su vigencia. De estas, solo 5 pertenecen a APEIM (a saber, Apoyo, CPI, Datum, GJK-Conecta e Imasen).

En el encuentro fue subrayado que las encuestas que realiza el Instituto de la Católica y las de la Universidad de Lima no siguen los lineamientos de la APEIM y no pertenecen a la organización.

Así se explica, dijeron, los llamativos contrastes.

Ejecutivos de encuestadoras consultados por CARETAS señalan que el IOP puede estar concentrándose en los centros de los distritos y no los alrededores, lo que influiría en los resultados finales. Del mismo modo, CPI es una de las encuestadoras que presenta una cartilla a sus entrevistados (circular, no vertical, para evitar influenciar la opinión).

Fernando Tuesta del IOP responde que “nuestra metodología es distinta, pero válida. Por eso no se pueden comparar resultados”. Añade que “todos los que trabajamos aquí tenemos como 25 años haciendo encuestas durante todas las investigaciones que hemos hecho aquí mismo en la Universidad”. Considera que la mención espontánea ofrece resultados más fidedignos.

El mencionado encuentro de APEIM también sirvió para alertar sobre un proyecto de ley frente al que todas las compañías sí parecen hermanadas.

Desde hace unos 5 años la economía peruana es de las más exitosas de Latinoamérica, tanto en crecimiento, redistribución y baja inflación, pero el gobierno aquí, según los sondeos, es de los menos populares.

Esto llama la atención a la prensa extranjera.

Hay quienes en el Apra culpan a las empresas encuestadoras de acentuar un sesgo negativo.

Este recelo se manifiesta ahora en un proyecto de Ley de Veeduría Frente a los Procesos Electorales que habría nacido por iniciativa del propio Presidente de la República y corre trámite gracias a los destacados esfuerzos de Mauricio Mulder.

“Una invitación a veedores de los cuatro principales candidatos de los partidos sería lo más elegante para que corroboren que las empresas elaboran bien sus estudios”, declaró el propio Alan García el miércoles 7.

Esa veeduría crearía una suerte de comité multipartidario para supervisar la realización de cada encuesta política.

Semejante proceso sería engorroso, conflictivo e inmanejable, opinaron los representantes de APEIM.

La iniciativa resulta redundante, además, con el Registro Electoral de Encuestadoras del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), que obliga a quienes realizan sondeos políticos a inscribirse y publicar la “ficha técnica” de cada estudio.

Además, autoriza al JNE a fiscalizar dichas fichas y obliga a las encuestadoras a cumplir ciertas normas.

Jorge Santistevan de Noriega, abogado de APEIM, ya se presentó ante el Congreso para plantear lo jurídicamente objetable del proyecto de Ley.

Es conveniente, señaló por otro lado Santistevan, hacer pública la fuente de financiamiento de los estudios aludiendo claramente a la entidad, medio o medios de comunicación, partido político, etc. que los contrató.

Todo el mundo sabe que una encuesta favorable dinamiza una candidatura y favorece su posibilidad de recaudar fondos, y pocos niegan la posibilidad de que determinadas encuestadoras estén al servicio de tendencias específicas.

En la reunión con APEIM se destacó, por otro lado, la importancia de uniformar ciertas preguntas claves para evitar los contrastes inusitados en los resultados.

También se sugirió combatir el sesgo excesivo que a menudo acompaña la publicación de cada encuesta, remarcando que la mayor parte de estas muestras tienen un índice de error de + – 5% y que los propios encuestadores deben medir sus palabras al analizar en público sus trabajos.

Si bien es cierto que resulta curiosa la baja popularidad del régimen dados los resultados económicos y la elocuencia del Presidente, no se puede olvidar que en Latinobarómetro, la encuesta anual que realiza una organización chilena, el Perú aparece como el país más pesimista de la región.

Una veeduría parlamentaria, sin embargo, no corregiría esta suerte de neurastenia que se origina quizás en expectativas superiores a los avances logrados.

Fuente: Caretas