¿Estás de acuerdo con una nueva constitución en el Perú?

Según la última encuesta Ipsos Apoyo, el 63% de los peruanos pide una modificación de la Constitución vigente promulgada el 29 de diciembre de 1993, después del auto-golpe de estado de Fujimori. Mientras el 37% quiere una modificación total o parcial en el próximo Congreso de la República, el 26% desea una Asamblea Constituyente como mecanismo para tener una nueva carta magna.
Opiniones:
Javier Diez Canseco – Congresista
Diez Canseco puso como ejemplo que la revocatoria presidencial y legislativa, la anulación de la inmunidad parlamentaria y la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción -propuestas de Humala durante la campaña electoral- implican cambios constitucionales.
“En mi opinión es una cambio integral, político, económico y social. Yo pienso que en el capítulo que se refiere a la educación se tiene que cambiar. La educación tiene que retornar a ser un servicio y no un instrumento de lucro. El derecho al agua debe ser incluido como un derecho humano que el Estado debe garantizar”, afirmó.
Para concluir, negó que el cambio de constitución signifique regresar a la carta de 1979, ya que se deben incluir elementos de actualidad como la figura de la Defensoría del Pueblo, así como políticas que resguarden la ecología del país.
Victor Andrés García Belaunde – Congresista
Lo que se puede hacer una reforma en base a las dos Constituciones, porque el 80% son iguales, cambian los artículos pero son idénticas, en base a un texto nuevo, extraído de ambas, se podría arpobar en dos legislaturas o en un referéndum una nueva Constitución 79-93″.
Según dijo, de esta manera se puede evitar sobresaltos. «Han pasado muchos años para volver a la del 79», indicó, pero además dejó en claro que «algunos no están de acuerdo con la del 93 pues no ven bien que haya sido producto de una imposición fujimorista».

Aída García Naranjo – Ministra de la Mujer
nuestro país sí necesitará un cambio de este documento, acorde con los nuevos tiempos.
“Nosotros entramos a una nueva época y yo no soy por ir hacia atrás, soy una mujer del siglo XXI también. Una cosa es la inspiración de esa Constitución (79) en su espíritu, mandato, pero efectivamente el Perú necesitará en el siglo XXI una nueva Constitución (…) está claro que en este gobierno tenemos que hacer modificaciones”, expresó en entrevista a Radio San Borja.
Consideró que la Constitución del 79 “es representativa, es democrática y respeta más derechos que la del 93, ya que -según dijo- la segunda conculcó un conjunto de derechos económicos, sociales y culturales y es importante que estos sean restablecidos en un nuevo proceso político.
También se mostró a favor de sancionar a la congresista Martha Chávez por el incidente que protagonizó durante la toma de mando del mandatario Ollanta Humala.

Francisco Eguiguren – constitucionalista
La Constitución prevé un camino de reforma a través del Congreso para lo cual se requiere reunir los votos necesarios que agrupen a las distintas fuerzas políticas.
Una, es que la reforma sea aprobada en dos legislaturas consecutivas por dos tercios de votos de los parlamentarios. Es una fórmula que exige alto grado de acuerdo.
La otra opción es que se apruebe por mitad más uno de los congresistas y que esta reforma se ratifique en un referéndum popular. Ello es menos difícil pero corresponde a la decisión definitiva que está en mano del propio pueblo en el referéndum. Siempre se abre la posibilidad de una Asamblea Constituyente a pesar de que la Constitución no la contempla porque se haría a partir de lo que se llama: el poder constituyente originario del pueblo. Por ello, un sector de la ciudadanía que representaría por lo menos al 10% del electorado podría promover un referéndum como se hizo en el caso del Fonavi. Si eso se consigue, se convoca el proceso de consulta del pueblo para dejar de lado la Carta de 93 y hacer una nueva Constitución mediante una Asamblea Constituyente. Ello solo sería posible si una mayoría de ciudadanos lo permite.
Esta posibilidad, desde un punto de vista académico y político, es satanizada por muchos diciendo que ese es el mismo camino que hizo Chávez, Correa y Evo Morales y que lo que se busca es la manera de mantenerse en el poder. Sin embargo, no se puede equipar el caso peruano con esos países, porque ellos llegaron al poder en un momento en que contaban con una abrumadora mayoría política, con congresos que dominaba su fuerza política ampliamente. La situación peruana no es así, el Congreso está fraccionado políticamente y el Perú también. El señor Humala no tiene esa mayoría para imponer lo que quiera. Además, no estoy planteando la posibilidad de una Constituyente convocada por el presidente o por el gobierno, hablo de un referéndum popular iniciado por la propia ciudadanía, si eso no es posible no se hace.
En el Perú como en otros países, muchas personas todavía creen que los problemas se resuelven con una ley o una nueva Constitución. Una constitución no va a generar más trabajo, ni aumentar los sueldos o dar alimentos y salud a todos, pero sí puede ayudar a crear condiciones para ello. Una nueva Constitución no es la solución a todos los problemas por eso a veces la gente no tiene el cambio constitucional en la agenda de sus urgencias, pero tienen ilusiones, porque piensan que las cosas pueden mejorar. Eso último es interesante porque demuestra que si la Constitución está bien hecha, refleja acuerdos políticos y nos conduce a más democracia y más desarrollo, sí va a mejorar la vida de la gente.
Walter Gutiérrez – Exdecano de Colegio de Abogados de Lima
El gobierno de Ollanta Humala tiene la “intención legítima” de reformar cuando menos una parte de la Constitución de 1993.
El excandidato a la Defensoría del Pueblo consideró legítimo y válido reformar la Carta Magna, para lo cual son claves los artículos constitucionales 58 y 60 que indican que la iniciativa privada es libre y se realiza dentro del marco de una economía social de mercado.
Gutiérrez explicó que en una economía social de mercado, el Estado le encarga a particulares la generación de riqueza, para lo cual le garantiza una serie de libertades, y a la vez cumple un rol fiscalizador para evitar abusos.
Dijo que esta figura no se ha presentado, ya que el Estado no ha cumplido un rol fiscalizador ni eficiente, permitiendo arbitrariedades por parte de empresas privadas.
Según explicó, hay dos vías para reformar la Constitución: a través de dos legislaturas ordinarias, con los dos tercios de la votación y con una mayoría del número legal de miembros del Congreso más un referéndum.
El jurista sostuvo que pese a la rigidez de esta norma, sí se ha podido establecer reformas.

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