Última encuesta presidencial Ecuador 2013
En Ecuador no se discute si Rafael Correa ganará las elecciones presidenciales el próximo febrero: la mayoría de la población ya lo ve sentado en el sillón de Carondelet gobernando hasta el 2017.
La duda se centra en si lo hará en una sola vuelta o en si alguno de sus siete contendores en la lid electoral logrará escalar en las encuestas para forzar una segunda convocatoria a las urnas.
En un ambiente polarizado entre correístas y anticorreístas pero sin sorpresas de nuevos liderazgos políticos, 11,6 millones de ecuatorianos acudirán el 17 de febrero a elegir al binomio presidencial, cinco parlamentarios andinos y 137 asambleístas (legisladores). Son unas elecciones sui géneris, como dice Gonzalo Ruiz Álvarez, subdirector adjunto del diario El Comercio y articulista de opinión: “Es la segunda reelección que se plantea desde el poder, algo que ha sido ajeno a la tradición republicana, salvo dos casos de regímenes caudillistas del siglo XIX”.
Liderando las encuestas, Correa, que se define como un socialista revolucionario, admirador de Bolívar y del Che Guevara, y que emula a Eloy Alfaro, líder de la revolución liberal ecuatoriana, ya derrocha triunfalismo en la tarima. Pero Correa no pide solo el voto presidencial. “A votar todito 35”, conmina a sus seguidores, advirtiendo que perder la mayoría legislativa sería un tropiezo para seguir con su revolución y su proyecto regional del Socialismo del Siglo XXI, del cual ya se lo menciona como sucesor de Chávez.
“Hemos avanzado pero aún falta mucho, por eso debemos continuar con el poder político”, insiste en las masivas concentraciones proselitistas.
Esa convocatoria ha tenido eco, según Paulina Recalde, directora de Perfiles de Opinión, firma encuestadora que el 21 de diciembre ubicaba a Correa con el 61 por ciento de intención de voto, seguido por el exbanquero Guillermo Lasso (11 por ciento) y el expresidente Lucio Gutiérrez (5 por ciento).
La aceptación de la figura de Correa es histórica en un Ecuador marcado por un antes “de la revolución”, donde la inestabilidad política derrocó a tres presidentes en menos de 10 años, y por un correísmo que ha logrado mantenerse con altos niveles de popularidad e imbatible ante sus opositores.
Recalde señaló a EL TIEMPO que el liderazgo y la aceptación de Correa obedecen a que “realmente” se ha modificado la calidad de vida de la población y la gente se identifica con las obras que el Gobierno ha realizado.
Adicionalmente, inciden otros atributos personales del mandatario que atraen la confianza ciudadana: el reconocimiento a su trabajo (85 por ciento), la credibilidad en su palabra (77 por ciento) y su simpatía (80 por ciento), según la especialista.
La ‘revolución ciudadana’ que impulsa Correa desde que llegó al poder, en enero del 2007, parece haber calado hondo en las clases populares, que lo admiran como el líder político que más ha trabajado en favor del país y por combatir la pobreza. “Yo voy a votar por Correa. Es el mejor presidente que hemos tenido en este país”, dice María Usama, una sencilla costurera que participó en una concentración al sur de Quito.
Es que la lucha contra la pobreza y el combate de la desigualdad social constituyeron los ejes del trabajo desarrollado por el Gobierno Nacional. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo Urbano (Enemdu) 2006-2012, la pobreza se redujo en 12 puntos a escala nacional y la pobreza rural en 13 puntos. La pobreza por necesidades básicas insatisfechas bajó de 48,6 por ciento a 40,8 por ciento y la pobreza extrema experimenta una reducción del 25,8 por ciento a 14,6 por ciento en los seis años ‘correístas’. La obra vial, el Programa Manuela Espejo para atención de los discapacitados, la creación de las escuelas del Milenio y el mejoramiento en el sistema de salud se destacan en los informes oficiales de un gobierno que ha contado con los ingresos petroleros y tributarios más altos de la historia, según los análisis económicos.
El presupuesto estatal, que en el 2007 bordeó los 8.500 millones de dólares, se ubica para el 2013 en alrededor de 26.000 millones, lo que refiere una dinamización de la economía.
Para el asambleísta Rafael Dávila, “Correa tiene un liderazgo indiscutible pero gran parte de la aceptación popular que tiene está basada en el sorprendente gasto público y, por lo tanto, el proyecto político no es sólido, sino que se ha ido convertido en un caudillismo”.
Para Dávila gran parte de esa figura caudillista también se ha formado por un aparato propagandista “con un gasto escalofriante de 350 millones de dólares”.
A lo que se ha enfrentado
Pero pese a un cerebral manejo comunicacional y la utilización política de una veintena de medios de comunicación incautados a la banca cerrada en la crisis financiera de 1999, Correa no la ha tenido fácil. Sus principales dolores de cabeza le vienen de casa adentro, por las denuncias de corrupción que involucran a exministros y cercanos colaboradores.
En su maratónica campaña trata de contrarrestar el último golpe que recibió su imagen por la falsificación del título de economista y otras irregularidades supuestamente cometidas por su primo Pedro Delgado, hombre de su confianza a quien designó como presidente del Directorio del Banco Central.
Anteriormente, el mandatario enfrentó el escándalo de los millonarios contratos estatales entregados a su hermano Fabricio Correa, la corrupción en el Ministerio de Deportes, una irregular adquisición de ambulancias y compra de chalecos para control de tránsito y uniformes policiales, entre otros.
Su compañero para la Vicepresidencia, Jorge Glas, también ha sido acusado de plagiar temas de la página web Rincón del Vago, en su tesis para ingeniero eléctrico, que obtuvo en el 2008.
Sin embargo, Recalde señala que “pese a esos episodios de corrupción, la población sigue creyendo que Correa no está involucrado y, por lo tanto, lo siguen viendo como una figura honesta”.
Pero estos hechos sí alimentaron a las voces críticas y a opositores que también condenan a Correa por su gestión marcada por el autoritarismo y la concentración de poder. Rostros cercanos y familiarizados con el Gobierno ocupan puestos claves en funciones del Estado autónomas, como el Consejo de la Judicatura y hasta en el propio Consejo Electoral, lo que para la oposición evidencia “la metida de mano” gubernamental en todo el aparato estatal.
Es una de las razones que esgrime uno de sus contendores en las urnas, el expresidente Lucio Gutiérrez, para afirmar que Correa no ganará: “Ha decepcionado al pueblo al proteger a sus funcionarios y ministros corruptos, y abusa del poder y del monopolio de los medios de comunicación que tiene bajo su control para evitar que se conozca la verdad”.
Pero, como dice el periodista Ruiz Álvarez, “en el corto mes que queda de campaña, parece que ninguna opción electoral opositora cuaje como para cambiar el mapa; pero nunca cabe decir la última palabra hasta que se cuenten los votos”.
Los otros candidatos
A Correa le siguen, de lejos, Lasso y Gutiérrez
En intención de voto, el candidato mejor ‘parado’ frente a Correa es el exbanquero Guillermo Lasso. Exministro del presidente Jamil Mahuad, miembro del Opus Dei y candidato por el naciente movimiento CREO, cuenta con un 11 por ciento de apoyo. Le sigue, con un cinco por ciento, Lucio Gutiérrez, quien fue Presidente en el 2002, y estuvo en el poder hasta el 2005, cuando fue derrocado.
Hay otros cinco aspirantes:
el economista Alberto Acosta, identificado con la izquierda radical ecuatoriana y quien, a pesar de ser coideólogo y fundador de Alianza País, el movimiento político de Rafael Correa, es un duro crítico del actual Presidente; el abogado, empresario y magnate Álvaro Noboa, quien es candidato por quinta vez; el asesor ministerial en México Mauricio Rodas; el polémico pastor evangélico Nelson Zabala y el doctor en Jurisprudencia Norman Wray, quien es el más joven de la contienda.
La campaña electoral terminó el jueves 14 de febrero y en esta recta final los ocho candidatos presidenciales reforzaron sus recorridos y aparición en los medios de comunicación.
Las encuestas, sin embargo, dan una amplia ventaja a Correa, que según los pronósticos alcanzará la reelección hasta 2017 sin necesidad de una segunda ronda de comicios.
La ley ecuatoriana establece que un candidato ganará la Presidencia si obtiene la mayoría absoluta de votos o si alcanza el 40 %, con una ventaja de diez puntos porcentuales sobre el segundo.
Encuesta OPEECUADOR
La encuesta realizada por la empresa Opinión Ecuador da a Rafael Correa el 56%; a Lasso, 13%; Gutiérrez, 5%; Acosta, 4%; Rodas y Noboa, 2%; y Wray y Zavala, el 1%.
Encuesta CMS
Mientras que la encuestadora de Santiago Cuesta, Consult Marketing Solutions (CMS), afirmó que Rafael Correa ganaría con el 55,6%; según esta empresa la distancia a la que le sigue Guillermo Lasso es superior, pues solo contaría con el 6,78% de los votos; Alberto Acosta 5,8%; con menos del 1% de la intención de voto se quedarían Lucio Gutiérrez, Álvaro Noboa, Nelson Zavala, Mauricio Rodas y Norman Wray.
Encuesta CIESS
CIEES determinó que Correa registra el 56,3% de intención de voto; Lasso, 20,6%; blanco, 10,3%; Gutiérrez, 5,8%; Acosta, 5,2%; Noboa, 4,3%; voto nulo, 4%; Zavala, 3%; Wray, 2,7%, y Rodas, 2,1%.
Encuesta Perfiles de Opinión
La empresa Perfiles de Opinión difundió su última encuesta y en la que el actual presidente Rafael Correa ocupa el primer lugar con el 62% de intención de voto, segundo se encuentra Guillermo Lasso con el 9%, Lucio Gutiérrez posee el 4%, Alberto Acosta tiene el 3%, Álvaro Noboa el 1.6% y Mauricio Rodas el 1%. Norman Wray y Nelson Zavala tienen menos del 1%.
Otras empresas encuestadoras como Market e Informe Confidencial emitieron sus estudios en días pasados y coincidieron en la amplia ventaja de Correa sobre Lasso, que en todos los sondeos va segundo.
El 7 de febrero fue también es el último día en el que las empresas encuestadoras habilitadas pueden publicar los resultados de sus sondeos por los medios de comunicación, pues la ley establece que estas podrán difundirse hasta diez días antes de las votaciones.